Kurt Vile - Childish Prodigy

Philadelphia singer/songwriter (and owner of one of the best rock names around) Kurt Vile is part of a group of newcomers to Matador, an intriguing continue→
freshman class that also includes spooky synth-poppers Cold Cave and sunny new romantics Girls. But Vile differs significantly in style from these other acts, with a sound that draws heavily on the road-weary classic rock and folk of Neil Young, Bob Dylan, Bruce Springsteen, and even Tom Petty, but is constructed with the lo-fi bedroom-recording techniques of someone like Ariel Pink. His two albums released in the last year (Constant Hitmaker and God Is Saying This to You) felt comfortable and well-worn like an old pair of jeans and produced a summer jam last season with the very catchy "Freeway".

But with an increased profile, the stakes are a bit higher for Childish Prodigy, his first Matador release and a record that offers some noticeable differences in sound and approach from his previous two. About half of the songs here are recorded in the same manner as before-- Vile on his own-- but for the remaining tracks he's brought in his touring band, the Violators, to flesh them out with additional instrumentation, creating some more depth and balance. The other key distinction is that Vile has opted for a much cleaner sound this time around, mostly doing away with the scuzz coating of past jams (though traces of distortion still remain here and there) and, as a result, Childish Prodigy feels more straightforward, perhaps even more professional in certain ways.

While I wouldn't criticize anyone for wanting to work outside the confines of lo-fi, it's not always the best look for Vile, as the added sheen draws away some of the charm of his earlier work. Regardless, he displays the same unique ability to tap into the feeling of classic rock-- the familar, comforting quality of that music embedded in anyone who grew up with a radio-- and the best songs here, most of which come during the record's stronger front half, play off that with a punk spirit. Opener "Hunchback" invites the full band in for some swampy stoner-rock boogie while the janglier, almost country-western "Overnite Religion" locks down a solid, melodic groove. Others, like "Blackberry Song", succeed with simple strumminess, but eventually the record begins to veer off course around the midway point.

One gets the sense that Vile is a prolific songwriter, able to knock out a bunch of tracks in one sitting, and almost all of Childish Prodigy has an on-the-fly nature to it, almost as if he's making the tracks up as he goes along. Sometimes that's impressive, like on the repetitive krautrock-arranged "Freak Train", but there's an amorphous quality to these songs that can also make for a difficult listen. Vile lets his guitar and vocals ramble throughout tracks, usually without breaking for a chorus or momentum shift, and lesser material like "Heart Attack" and "Amplifier" suffers, feeling meandering and structureless. This imbalance feels even more evident when he offers up a song like "He's Alright", with its acoustic guitar and pedal steel flourishes, that works great for its directness. Vile certainly has the talent and ability to churn out tunes, and with a little focus and editing his best batch is most likely ahead of him.



El cantautor de Filadelfia Kurt Vile es parte de un grupo de recién llegados a Matador, una intrigante clase de primer año que también incluye al espeluznante synth-pop de Cold Cave y el soleado romanticismo de Girls. Sin embargo, Vile es muy diferente en estilo a estos otros, con un sonido fuertemente basado en el clásico folk rock fatigado de Neil Young, Bob Dylan, Bruce Springsteen, e incluso Tom Petty, pero construído en dormitorios lo-fi con técnicas de grabación que usa por ejemplo Ariel Pink entre otros. Sus dos álbumes publicados el último año (Constant Hitmaker y God Is Saying This to You) se sentían cómodos y bien llevados como un viejo par de jeans, y produjeron una irrupción el último verano (2009) con la muy pegadiza "Freeway".

Pero con un perfil en ascenso, las apuestas son un poco más altas para Childish Prodigy, su primer lanzamiento para Matador y un disco que ofrece algunas diferencias notables en sonido y enfoque de su dos anteriores. Alrededor de la mitad de las canciones aquí se registraron en la misma manera que antes - Vile por su cuenta - pero para el resto de las canciones ha traído a su banda de gira, The Violators, dandole cuerpo con instrumentación adicional, y creando algo un poco más profundo y equilibrado. La distinción clave es que Vile en esta ocasión ha optado por un sonido mucho más limpio, más alejado del revestimiento graso de pasados jams (aunque rastros de esa distorsión aún permanecen), y como resultado, Childish Prodigy se siente más sencillo, tal vez incluso en ciertas maneras más profesional.

Aunque no critico a nadie por querer trabajar fuera de los límites del lo-fi, no siempre es el mejor look para Vile, el brillo añadido aleja algo del encanto de su trabajo anterior. De todos modos, muestra la misma y única capacidad para aprovechar el sentimiento del rock clásico - la familiar y reconfortante calidad de alguién que creció con una radio - y de las mejores canciones aquí, la mayoría de las cuales vienen en la primera y más fuerte mitad, con un espíritu punk. El opener "Hunchback" invita a la banda completa a algún pantano stoner-rock, mientras el tintineante, casi country "Overnite Religion" cierra un sólido y melódico surco. Otros, como "Blackberry Song", suceden de simples rasgueos, pero con el tiempo el registro empieza a desviarse de su curso alrededor del punto medio.

Uno tiene la sensación de que Vile es un compositor prolífico, capaz de hacer un montón de pistas en una sola sesión, y casi todas las de Childish Prodigy tiene un carácter de sobre-la-marcha, casi como si hiciera las pistas a medida que las recorre. A veces, es impresionante, al igual que en el repetitivo krautrock-arranged "Freak Train", pero la cualidad amorfa puede hacer de difícil escucha estas canciones. Vile deja pasear su guitarra y voz a lo largo de las pistas, por lo general sin que romper con un coro o cambio de impulso, "Heart Attack" y "Amplifier" lo sufren, sintiendose vago y desestructurado. Este desequilibrio se torna aún más evidente cuando ofrece "He's Alright", con su guitarra acústica y florituras de steel, que funciona muy bien por su franqueza. Vile sin duda tiene el talento y la capacidad para producir melodías, y con un poco de enfoque y la edición de su mejor lote es muy probable que esté frente a él. -- Joe Colly

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