Bon Iver - Bon Iver, Bon Iver



¿Y ahora qué digo?
Hay veces que en televisión, cuando las imágenes son suficientemente fuertes, no se dice. Cuando cualquier añadido a lo que se ve y se oye es sólo una distracción de lo que se ve y se oye, merece la pena estar callado. Espero que no lean esto mientras escuchan el adelanto del nuevo disco de Bon Iver. (sobre 'Calgary') Espero que no tengan puesta la radio o que no les llegue el murmullo de la televisión o de la calle o de alguien que habla por teléfono, porque este reencuentro merece el silencio debido. Por aquí esperamos tanto como tememos el segundo largo de Bon Iver, una banda que aún no ha hecho una canción mala. Que no ha hecho una canción ni siquiera regular. Que con su debut nos dejó el corazón hecho un témpano y que con el EP del año pasado confirmaron que su talento está por encima de los dramas de ermitaño de su líder-fundador-barbudo-idolatrado de esta redacción virtual nuestra. Porque tenemos puestas en él unas expectativas altísimas, como las teníamos con el segundo trabajo de The Antlers, y porque deseamos con todas nuestras fuerzas que el sabor de boca que nos dejen sea el mismo (ya hablaremos de Burst Apart). Pues bien, aquí tienen el adelanto de lo nuevo de Bon Iver. Una canción deliciosa, que vuelve sin reposo ese falsete mágico que recorría For Emma, Forever Ago y que se esquivaba a ratos en Blood Bank. Una canción triste, sí, pero esperanzadora por lo que parece anunciar. Una pieza descomunalmente bien hecha, que enseña nuevos sonidos (esas guitarras informatizadas que suenan a Ratatat) y que se descansa en una melodía de vuelo largo, de giros lentos, que vuelve siempre a la misma conclusión, a esa bajada progresiva que le levanta el vello a cualquiera que tenga sístoles y diástoles. Una obra de arte. Indiespot
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1 comentario:

Anónimo dijo...

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