Devendra Banhart - Rejoicing in the Hands


Artista integral. Detrás de esa imagen de neo hippie místico hindú, amigo de lo espiritual y naturista, del que te imaginas que en su dormitorio tendrá seguramente imágenes de Laskmi y Vishnu o en vez de mascota tendrá a Ganesha en su mesilla de noche, se esconde un talentoso tipo empapado de ricas y variadas influencias, desde los autores folk más clásicos, como Dylan o Nick Drake pasando por el folclore criollo y la música brasileña, con gente que le ha influido de manera decisiva como Caetano Veloso y Antonio Carlos Jobim. Y sin olvidarnos de las envolturas psicodélicas deudoras de Syd Barrett.

Devendra Banhart ha calado fuerte en los gustosos del folk, freak folk, psych folk, new weird america y todas esas etiquetas que acaban perdiendo a uno (a Banhart no le gusta que le cataloguen de folk psicodélico, él prefiere el término Hooba Goobla (¿?)

¿Razones por las que ha calado hondo? pues por la peculiar manera en la que canta, con su timbre y su inseparable vibrato, los modestos falsetes, la dulzura y la calidez en su voz que nos muestran preciosas y desnudas melodías sin artificios. Melodías en el estado más primitivo del ser humano que te llegan directas al corazón. Tan sencillas como brillantes, poseedoras de una belleza que te llega a emocionar. Esta particular genialidad le concede a Devendra un sello totalmente personal y que es la causa que rápidamente lo posiciona como uno de los artistas más prometedores y talentosos de la actualidad.

Devendra Banhart es como un resurgir del período hippie con una imagen renovada y fresca, empapado de mestizaje, mantra y surrealismo. Nació en Houston hace 27 años y su peculiar nombre fue dado por un místico hindú al que sus padres seguían. Devendra (que significa el rey de los dioses) ha tenido una variopinta vida que seguro ha determinado su estilo. A los dos años de edad se mudó con su madre a Venezuela, donde estas raíces quedarán plasmadas en su música más adelante.

Un país considerado de los más peligrosos de Sudamérica, hizo convivir a Devendra con las realidades sociales de su entorno más desfavorecido, aspecto crítico que desarrolló en clave de poesía urbana para alguna de sus letras. Más tarde, su madre volvería a casarse y regresarían a Estados Unidos, concretamente a Los Ángeles. Después de su etapa en una escuela de arte en la que pronto perdió la ilusión al encontrar un mundo artístico demasiado mediatizado y artificial, se mudó a París. Fue cuando se entregó por completo a la música sin dejar de lado la pintura, labor que sigue realizando en un segundo plano (la portada e ilustraciones de este disco son cosa suya). Malvivió dando conciertos en tugurios de mala muerte y creó una serie de maquetas grabadas con un 4 pistas y rápidamente llamó la atención de la discográfica Young God Records.

El hermoso disco que aquí voy a reseñar brevemente, que rajo más que en la Casa Magnética, lo componen 16 sensibles piezas que en rara ocasión van acompañadas de otros instrumentos que no sean su voz y su guitarra. Así de sencillo y directo. Devendra respeta el espíritu de grabaciones pasadas y otorga a la producción de este trabajo un aura sincera y con limitaciones técnicas que provocan una sensación frágil y emotiva. Acerca de los temas sólo puedo decir que la hermosura que prima en general lo convierte en disco indispensable.

This Is The Way nos abre las puertas de este ocre disco, y también las del corazón. Canción tan íntima que sólo le falta una manta y el chispear de una hoguera. La bellísima e imponente A Sight To Behold puede hacerte sentir pequeño en el universo, The Body Breaks te enternece con una cercana melodía llena de belleza. Poughkeepsie nos muestra una cara más esquizoide con hipnótica melodía. Dogs They Make Up puede recordarnos a una de las piezas musicales de Sonrisas y Lágrimas, aunque no sé hasta qué punto esto es paranoia mía. Tremenda también This Beard Is For Siobhan, de clave optimista y más animada de cara al final de tema. See Saw es una oscura tonada que trata sobre la muerte y también hay lugar para los temas instrumentales como en Tit Smoking In the Temple Of Artesan Mimicry.

La homónima es cantada por Devendra y su admirada Vashti Bunyan (una de las descubridoras de Banhart). La gran Fall, acompañada esta vez por percusiones y una de mis preferidas, la sincera y alegre Todos Los Dolores, con una letra cantada en castellano que todavía dudo si es efecto de algún psicotrópico o se trata de una broma simpática de este gurú barbudo.

La temática se centra en el amor, la ambigüedad, el misticismo, la humanidad y las cuestiones existenciales, poco o nada negativo encontramos en Rejoicing In the Hands, el propio Banhart nos dice; Detesto la ironía. Estos son tiempos cínicos, donde todo se toma a broma; el amor, la paz, la fuerza, la belleza, la divinidad... la gente se ríe de todo, estamos en la Edad Oscura". Pues ya lo sabes...
Cambio de Chaqueta
buffering...

1 comentario:

Anónimo dijo...

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